La
falta de control de las finanzas personales no sólo genera problemas de dinero
a los individuos, sino a la economía del país. Es bien sabido que el
endeudamiento, los gastos excesivos y la falta de recursos alcanza niveles
macroeconómicos, pues para comprar
recurrimos a instrumentos de crédito, con lo cual se generan
altas tasas de interés debido a que no controlamos los niveles de
riesgo.
Es
fundamental hoy en día que los padres del siglo XXI eduquen a sus hijos para
que desde pequeños sean responsables de su dinero, así ídem a lo que se invierte en tiempo para
enseñar a escribir, a sumar, a aprender otro idioma, etc., se debe enseñar finanzas para que los niños
de hoy cuando sean hombres lleven el control, administren su dinero y entiendan
la cultura del ahorro.
En
nuestro país el gobierno ha incluido en su plan de desarrollo, adjuntar la
materia de finanzas en la cátedra de matemáticas, está en proceso, pero algunos
colegios privados de educación básica, han dado lugar a esta iniciativa sólo
con el ánimo de innovar y captar más alumnos mientras que el gobierno aprueba
de manera definitiva los currículos y pase a ser una cátedra obligatoria.
De
todas maneras, como sucede en el aprendizaje escolar, siempre recurrimos a
investigar más sobre los temas que vamos conociendo, consultamos libros, el
internet, pero son pocos los testimonios de personas que han vivido en carne
propia un emprendimiento que fue llevado al éxito y el cual generó utilidades
suficientes que no pudieron ser administradas por desconocimiento y torpeza
financiera, pero aquí, de manera sencilla nos hemos ocupado para iniciar a
nuestros hijos en una cultura financiera y de emprendimiento.
Todos debemos de tener una pasión en la vida, nuestra pasión
es ayudar a los niños a desarrollar su capacidad financiera a una edad temprana,
estamos colaborando a construir la nueva “Generación conocedores del
dinero"; estamos comprometidos a ayudar a los niños, a
que no repitan fracasos, a que aprendan de errores y creo que esta vía es una
de las mejores para hacerlo; porque mi estilo es práctico, dirigido a la
acción; soy un convencido que en ocasiones tanta teoría no sirve más que para
hacer más confuso los conceptos, porque un concepto por más simple que sea
puede ser muy poderoso. He aprendido que precisamente la mejor manera de aprender
las cosas es haciéndolas, es llevándolas a la práctica y espero que no solo
sirva como guía, sino que verdaderamente tenga un impacto positivo en su vida y
en la de sus hijos.
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