Mi padre había llegado de viaje la noche anterior y como regalo nos había traído un marrano -¡una alcancía!-, gritamos, pero él inmediatamente nos respondió, - es un cerdito ahorrador y conocedor del dinero, mañana platicaremos al respecto, están invitados al centro comercial -.
Al otro día, sábado, cuando fuimos al
centro comercial a comer helado, sobre el papel que a cada persona le ponen al
frente en la mesa para colocar el pedido y para que uno se distraiga
resolviendo una sopa de letras o leyendo la publicidad del negocio, empezó a
explicarnos algo que nos iba a enseñar y que había aprendido de un conocido, un
turco de apellido Kowler y de un concepto de la Dra., Susan Beacham,
experta en finanzas, creadora del cerdito. Se trataba de la forma de cómo iba a
justificar a nosotros la forma de obtener dinero, de manejarlo y de aprender
sobre las opciones que tenemos para él.
Nos explicó que el dinero es un medio
de pago el cual recibimos por hacer un trabajo, que cuando ellos en la
peluquería atendían un cliente este pagaba por el servicio que le estábamos
prestando y que este dinero nos sirve como medio de intercambio, es decir, que
a cambio de él nos habían dado los helados que estábamos degustando, que a
cambio de él nos habían dado la camisa, los pantalones, los zapatos, en fin
todo lo que vemos a nuestro alrededor, que las cosas nos son gratis y que todo
se compra con el dinero obtenido a cambio del trabajo que mis padres realizan.
Después de esta grandiosa explicación
nos dijo,
- Hijos, a
partir de hoy van a tener un trabajo simbólico el cual justifique recibir a
cambio dinero, pero ese dinero va a servir para que ustedes aprendan a
manejarlo inteligentemente, tu madre y yo vamos a ser la empresa que va a
comprar sus productos
- ¿Vamos a
venderles productos?, cuales productos si ni siquiera tenemos dinero para
comprar y venderles
- No te
preocupes, - te dije simbólico -, cuando necesiten para las golosinas, un
juego, u otra actividad, nos van a ofrecer en venta un televisor, un carro, un
avión u otro artículo que se imaginen, lo van a dibujar, y de eso depende que
mi empresa les compre ó no sus productos, ¿entendido?
Camino a casa, con mi hermano
platicamos sobre la empresa, los productos y la venta simbólica como nuestro
padre nos lo planteaba, ¿qué será lo que primero dibujaremos para venderle?, y
a ¿cómo lo venderemos?
- Hagamos lo siguiente, yo
voy a dibujar un carro y tú dibuja un televisor
- ¿Y qué precio le colocaremos?
- Primero hagamos el dibujo y esa
pregunta se la hacemos a nuestro padre, creo que el sabrá guiarnos de ahí en
adelante, sigamos el juego, él dice que aprenderemos a conocer las opciones
para el dinero, la compra, la venta.
Ya en casa, nos encerramos en nuestro
cuarto y como no soy muy bueno para el dibujo, calqué el carro de una revista,
mientras que mi hermano que sí tenía la habilidad para el dibujo no necesitó
copiar su obra. Pasamos varias horas haciendo nuestros productos, realmente
esas horas fueron muy entretenidas, estábamos los dos trabajando juntos, yo le
pedía opiniones de color y mi hermano de las cosas que le iba a colocar a los lados
y atrás al televisor, él era más detallista en sus trabajos, me estaba gustando
el juego porque era entretenido y además nos iban a pagar, ¿cuánto?, no sé,
pero ya les cuento que nos pasó la primera y la segunda y la tercera y… vez.
Cuando terminamos, bajamos a la sala y
le mostramos los dibujos, nos hizo esperar mientras llegaba su socia, cuando
llegó mamá, muy serio dijo,
- Socia, los
señores nos vienen a ofrecer estos productos, ¿qué te parece este vehículo?
- A
mí me gusta, dijo mi madre, el color rojo es mi favorito y los ¡rines son de
lujo!
- ¿Ya lo
revisaste bien?, mira aquí tiene un golpe y las llantas son diferentes, parece
un muestrario de llantas, este carro no es nuevo, ya ha sido usado, por lo
tanto revisaremos su valor.
- Miremos a
ver el televisor, por lo menos su señal es muy nítida (mi hermano le había
pintado una escena de los Simpson y la verdad parecía muy real) y se ve que es
nuevo, ¿también incluye el jarrón y el cuadro de la parte de atrás?, los
necesitamos para nuestra sala de ventas
- Bueno hijos,
me parece que hemos iniciado una buena relación comercial, ustedes serán los
proveedores de mi empresa, una distribuidora a nivel nacional. El ejercicio que
acabamos de hacer es para que en la realidad tengan en cuenta que si yo voy a
vender un carro como el que me han traído, primero tengo que prepararlo para la
venta, las llantas son los zapatos, - cuando tenemos una persona al frente por
lo regular le miramos sus zapatos y si los tiene sucios, rotos, la impresión no
es muy agradable, lo mismo con el automóvil, si las llantas son diferentes, es
como si tuvieras un zapato café y el otro negro; también tiene un golpe, mira
el color aquí en la parte del baúl, está por fuera, te saliste de la línea,
esto es una abolladura que da mal aspecto-.
- Ahora
miremos el televisor, observemos su presentación, comprobado que funciona, mira
el programa que están presentando y además, queremos comprar el cuadro y el
jarrón, pues necesitamos que nos traigan más televisores y este lo pondremos en
nuestra sala de exhibición y ventas.
- En cuanto a
los precios, como la empresa y los productos son simbólicos, el dinero que les
daré si será real, vamos a establecer un monto y un tope el cual puede fluctuar
de acuerdo a los argumentos de venta que nos presenten, lo estaríamos variando
hacia arriba o abajo según el caso. El monto será de $3.000 pesos y para esta
primera vez les voy a dar a cada uno el valor pactado, pero la próxima ya
veremos que negociaciones resultan.
Y que negociaciones, mi padre,
realmente era un comerciante, siempre sacaba a relucir sus habilidades que
además de poner en práctica quería enseñarnos junto con lo que sus amigos
Kowler y Susan le habían compartido. Porque para las siguientes sesiones de
negociación tuvimos cátedra de regateo, descuento, pague 1 lleve 2, docenas de
13, lleve este y gratis esto, oferta, demanda y además, al comienzo fue tanta
nuestra emoción, entusiasmo, que cada noche esperábamos que papá llegara y cada
uno de nosotros tenía un folder lleno de dibujos con productos para ofrecerle,
al tercer día dijo,
-!Un momento!, la empresa sólo compra
los días Martes y paga los Viernes -, nos disciplinó.
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