Cómo enseñar a los
niños a ser emprendedores
Todos los padres a través de la
educación, podemos inculcar en nuestros hijos, el impulso motivador que
necesitan para triunfar. No podemos asegurarles los éxitos, pero podemos
alimentar su confianza en si mismos, su coraje, y su capacidad de iniciativa,
escalones que les ayudarán a alcanzar los objetivos que se propongan. Todos
deseamos que nuestros hijos se conviertan en adultos activos y emprendedores,
pero para conseguirlo hemos de plantar desde la infancia, las semillas de
algunos valores imperecederos:
Permíteles tomar decisiones: Aunque aún sean pequeños, podemos
encontrar momentos en los que demostrarles que confiamos en sus decisiones y
que no intentamos que hagan las cosas a nuestro modo. Dejarles tomar la
iniciativa cuanto antes en asuntos sencillos como elegir su ropa, o el cuento
que leeremos por la noche, les ayuda a adquirir confianza en si mismo. Conforme
se van haciendo mayores, es bueno tener en cuenta sus opiniones en temas que
afectan a toda la familia, como el lugar donde ir de vacaciones, etc… Para
apuntalar su determinación y fe en sí mismos lo mejor es que comprueben que
creemos en ellos.
Ofrécele tu apoyo: Es más importante darles nuestro aliento
que bienes u objetos materiales. Por supuesto que todos deseamos para nuestros
niños una vida confortable, pero si se lo damos todo, no permitimos que midan
sus propias fuerzas al intentar alcanzar sus deseos. Sin embargo, apoyarles en
sus iniciativas y elogiar sus esfuerzos les infundirá fuerza extra y una mayor
determinación. Para ello es importante escucharles, descubrir sus motivaciones,
demostrarles que les hemos comprendido, aún cuando no estemos de acuerdo
totalmente con sus ideas, y además recordar elogiar sus iniciativas en su
presencia cuando estemos frente a otros adultos. Refuerza sus puntos fuertes: Siendo
unos padres observadores estamos en una inmejorable posición para encontrar
aquellas áreas en las que nuestro hijo podrá destacar. No obstante, afianzar la
confianza y la seguridad en si mismos implica también ayudarles a ampliar sus
horizontes, proponiéndoles diferentes alternativas en las cuales quizás no se
les hubiera ocurrido explorar. Ellos deben entender que con esfuerzo y
perseverancia pueden alcanzar cualquier objetivo, pero irán aprendiendo que
unas actividades las hacen mejor que otras. Y los padres estaremos atentos para
animarles a practicar justamente aquello por lo que mostraron una mayor pasión.
Háblale del valor del trabajo: Por más que el niño encuentre
pronto su vocación, los padres debemos enseñarle que cualquier logro requiere
esfuerzo y trabajo a muchos niveles. Cuando tu hijo te pida algún capricho que
no entre dentro del presupuesto familiar, anímale a conseguirlo a través de su
trabajo. Ofrécele alternativas de tareas caseras por las que puedas otorgarle
una remuneración que servirá para pagar su deseo. Procura además que tales
tareas sean de su agrado, para que entienda que el trabajo además de permitirle
conseguir su anhelo, le sirve para disfrutar. No olvides hablar a menudo con tu
hijo, de las satisfacciones que encuentras en tu profesión, no solo desde el
punto de vista económico sino de crecimiento personal a través de la tarea bien
hecha, del trabajo en equipo, y de la aportación de tu esfuerzo a la comunidad.
Artículo suministrado por los
editores de PlaceHolder
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